Enrique Laso no encontró lugar en este mundo hostil.

Algunos seres son tan grandes que no encuentran su lugar en este mundo hostil. Enrique Laso fue uno de esos grandes seres. 

Enrique Laso no encontró lugar en este mundo hostil. ¡No era un bulo de Facebook, no! He llorado mucho y me he preguntado mil veces ¿por qué te has rendido?

Enrique Laso, Lusa Guerrero y Alberto Vázquez-Figueroa

¡No era un bulo de Facebook, no! He llorado mucho y me he preguntado mil veces ¿por qué te has rendido, amigo, por qué?

No, no era un bulo. El mundo necesita seres como tú, ya te lo dije un día, tu familia te ama, ¿por qué, amigo, por qué?

Me decías hace poco: “Yo me siento orgulloso de ser tu amigo”. Tú, una de las personas más grandes que he conocido, me decías eso; increíble, sencillamente increíble.

Enrique, yo no me enfado por la decisión que tomaste, eres un alma tan inmensamente sensible y generosa que era difícil que encontraras tu lugar en un mundo tan hostil, plagado de injusticias y sinrazones. Y no será porque no lo intentaras, sé de primera mano que lo has dado todo, y era justo en esos momentos cuando más feliz te sentías, pero al mismo tiempo una profunda tristeza llenaba tu alma, pues te sentías impotente ante tanta injusticia humana, este sentimiento fue el que nos unió desde el comienzo. Si a todo esto añado otras sombras que pudieran atormentar tu vida, como nos suele suceder a todos y a todas, no puedo menos que ser respetuosa con tu elección.

No sé si el camino que elegiste te ha regalado la paz que tanto anhelabas, yo quiero pensar que sí, es más estoy segura de que, con la usencia de tu cuerpo, has empezado a brillar como el más radiante de los soles. Ahora, después de ser testigo de la gran entereza y valentía de tu hija y la serenidad con la que está viviendo tu partida, solo me queda el camino de la aceptación. Tú querías que comprendiéramos y aceptáramos tu decisión.

Una vez me comentaste que muchas personas (tus detractores) te habían tildado varias veces de mentiroso, yo te contesté: la envidia es esa virtud que poseen los mediocres que nunca estarán a la altura de la persona que es envidiada. Pocos, muy pocos estarán a tu altura.

Enrique Laso no encontró lugar en este mundo hostil. ¡No era un bulo de Facebook, no! He llorado mucho y me he preguntado mil veces ¿por qué te has rendido? Cuando me enviaste el siguiente texto para la contraportada de nuestro libro solidario Que entre la luz: «La luz es una metáfora de la esperanza y de la felicidad. Que la luz brille con fuerza en las vidas de tantas mujeres y niños víctimas del maltrato. Soñamos con un día en el que solo exista la luz: un mundo de esperanza y felicidad para todos», te dije: «Por fin has dado un rayo de luz y esperanza a nuestro libro. Que feliz estabas cuando Víctor del Árbol te envió un texto de apoyo para nuestro libro. Gracias, amigo, por apadrinar LITERANIA2017 sin otro interés que el bien de los escritores emergentes. Gracias por aportar un maravilloso relato a nuestro libro solidario. Gracias por estar siempre ahí también cuando te comentaba mis problemas familiares, eternamente gracias».

Estas fueron algunas de las conversaciones intensas que tuve con Enrique Laso. En ellas descubrí su dolor, su angustia existencial, su gran calidad humana y su gran sueño: un mundo justo, sin tanta miseria humana.

Me quedo con sus risas mientras daba la ponencia en Literania2017 y con su consejo: «No olvidemos nunca soñar».

 

Aviso importante: homenaje a Enrique Laso

Ediciones Proust rendirá homenaje a Enrique Laso el día 30 de noviembre de 2018, coincidiendo con la inauguración de Literania2018. Próximamente confirmaremos el lugar del evento.